Las técnicas modernas de adiestramiento canino se basan en los dos principales modelos de utilizados en las ciencias del comportamiento.
El modelo asociativo se centra en establecer una conexión entre dos eventos, mientras que los enfoques de orientación cognitiva tienen en cuenta los procesos mentales, el papel de la atención, expectativas y emociones, etc.
Un buen método tiene en cuenta la etología de la subespecie canina.
"Tengo una visión holística acerca de las teoría y práctica del adiestramiento canino, que implica la integración de los principales paradigmas desde diversas perspectivas".
Creo que no existen métodos mejores o peores para educar a un perro. Las habilidades del tutor y del adiestrador influyen, así como los objetivos a alcanzar.
Además, cada ejemplar es diferente aún siendo de la misma raza, con experiencias previas y genética individuales.
En síntesis, vale apoyarse en un método, una forma de trabajo, pero sin dogmas, siempre que no se maltrate al animal y aún más: se tenga en cuenta su bienestar.
"Soy consciente de las capacidades y limitaciones de cada perro y de su familia, de la carga emocional que conlleva el vínculo que los une y del máximo respeto que merecen ambos.
Sin embargo, mi énfasis y enfoque está puesto siempre en el eslabón más débil de la cadena: EL PERRO. Por ello su bienestar es la norma prioritaria que rige mis prácticas".